EUROPA
PRESS
19 diciembre
2022
Los
cambios de peso pueden predecir el riesgo de demencia
La demencia es un problema creciente de
salud pública mundial que afecta actualmente a 50 millones de personas y se
espera que aumente drásticamente a más de 150 millones de casos en todo el
mundo en 2050.
La obesidad, medida habitualmente por el índice de masa
corporal (IMC), sigue siendo una epidemia mundial, y estudios anteriores
sugerían que la obesidad en la mediana edad podría aumentar el riesgo de
demencia. Pero la asociación entre el IMC y el riesgo de demencia sigue sin
estar clara.
Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la
Universidad de Boston (Estados Unidos) y de la Academia China de Ciencias
Médicas & Facultad de Medicina de la Unión de Pekín, han descubierto que
los distintos patrones de cambio del IMC a lo largo de la vida pueden ser un
indicador del riesgo de demencia de una persona, según
publican en línea en 'Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's
Association'.
"Estos hallazgos son importantes porque los estudios
anteriores que analizaban las trayectorias de peso no tenían en cuenta cómo los
patrones de aumento/estabilidad /pérdida de peso podrían ayudar a señalar que
la demencia es potencialmente inminente", explica la autora
correspondiente Rhoda Au, profesora de anatomía y neurobiología.
A través del Framingham Heart Study,
se siguió a un grupo de participantes durante 39 años y se midió su peso
aproximadamente cada 2-4 años. Los investigadores compararon distintos patrones
de peso (estable, aumento, pérdida) entre los que sufrieron demencia y los que
no.
Descubrieron que la tendencia general de disminución del IMC
se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar demencia. Sin embargo, tras una
exploración más detallada, hallaron un subgrupo con un patrón de aumento
inicial del IMC seguido de un descenso del IMC, ambos ocurridos en la mediana
edad, que parecía ser fundamental para la asociación entre el descenso del IMC
y la demencia.
Au señala que para las personas, los familiares y los
médicos de atención primaria es relativamente fácil controlar el peso. "Si
después de un aumento constante de peso, habitual a medida que se envejece, se
produce un cambio inesperado hacia la pérdida de peso después de la mediana
edad, sería bueno consultar con el médico y averiguar por qué. Están surgiendo
algunos tratamientos potenciales cuya detección precoz podría ser decisiva para
la eficacia de cualquiera de ellos a medida que se aprueben y estén disponibles",
añade.
Los investigadores esperan que este estudio ilustre que las
semillas del riesgo de demencia se siembran a lo largo de muchos años,
probablemente incluso durante toda la vida. "La demencia no es
necesariamente inevitable y el seguimiento de los indicadores de riesgo, como
algo tan fácil de notar como los patrones de peso, podría ofrecer oportunidades
de intervención temprana que pueden cambiar la trayectoria de aparición y
progresión de la enfermedad", concluye.